Una peluca naranja peinada con dos coletas, flequillo, ojos delineados, un vestido vino con cintas amarillas, que acentúan su cintura, y zapatillas negras, no más y no menos. Stephanie Reyes Usigli está vestida como Nami, personaje de One Piece, un anime japonés. Su afición la llevó a diseñar sus propios disfraces desde los 15 años, aunque no se identifica como geek o friki, invierte tiempo y dinero para tener una vestimenta lo más apegada posible a los personajes que quiere representar.

Stephanie, de 28 años de edad, invierte una hora y media para caracterizarse como Nami. Tiene un año confeccionando su próximo disfraz o cosplay del personaje Alisa de la serie Tekken. “A mí solamente me gusta y lo hago por gusto”, comenta.

El 25 de mayo es el Día del Orgullo Geek o Friki en conmemoración del estreno de la primera película de la saga de Star Wars o La guerra de las galaxias.

“El término friki se origina en España y surge al tratar de hispanizar el término geek que surgió en Estados Unidos, el cual se refiere a personas con ciertas aficiones (como películas, cómics, series) consideradas exclusivamente para niños o gente muy rara”, explica a EL UNIVERSAL Jorge Grajales, especialista en Cine y Cultura Popular.

El origen del día fue a través de una convocatoria en redes sociales para reivindicar el estereotipo y se creó el Día del Orgullo Friki en España en 2006. También cuentan con “El Manifiesto Friki”.

¿Identidad o consumismo?

La llamada “Generación X”, es decir las personas nacidas entre 1965 y 1981 y quienes actualmente tienen entre 53 y 37 años de edad, creció con todos los simbolismos de la cultura friki, explica Grajales y aclara que se fue popularizando y diversificando con la exportación de productos culturales de otros países, como el anime japonés.

En un inicio, las personas que en su juventud o infancia vivieron la moda que desató Star Wars en países fuera de Estados Unidos no tenían acceso a los productos o figuras de la saga. Al abrirse los mercados y contar con poder adquisitivo, los aficionados a productos de la cultura popular no vacilan en gastar su dinero.

“Hay tarjetas de juego coleccionables que van desde los 30 pesos hasta 8 mil pesos, dependiendo de su rareza, edición o importancia en el transcurso del juego, pues una sola tarjeta puede dar la vuelta en una partida”, explica a esta casa editorial Carlos Lucas, ejecutivo de mercadotecnia y relaciones públicas de la Friki Plaza.

La Friki Plaza, ubicada en Eje Central Lázaro Cárdenas en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es el lugar que alberga mayor variedad de productos para aficionados geeks,  como figuras coleccionables del manga japonés de Dragon Ball o Saint Seiya, mochilas, tazas, llaveros o tarjetas de juego coleccionables de Yu-Gi-Oh! o Magic.

Jorge Grajales menciona que existen niveles de afición. Hay quien puede invertir en comprar algún artículo ligado a una serie, ánime o película hasta quienes se obsesionan con adquirir todos los productos relacionados.

“Ese fan obsesivo va a querer todo ello y tener todo es imposible”, destaca el especialista en cultura popular.

Existen fanáticos a los videojuegos o gamers, la lectura fantástica, los cinéfilos, manganimes, coleccionistas y los cosplayers, como Stephanie. El término proviene del vocablo japonés “kosupure”, que significa juego de disfraces.

“Toda afición, sea la que sea, tiene una inversión, no solamente de dinero sino también de tiempo”.

Si bien hay personas que reconocen su gusto por todos estos elementos de la cultura pop, no todas se identifican a sí mismas como frikis.

“Hay personas que les gustan los elementos de la cultura popular y que se asumen como frikis, pero hay otro grupo que quizá no se asume como tal porque sólo de manera ocasional ve películas de superhéroes”, dice Grajales.

Reconocerse como geek o friki es parte de la identidad de una persona que se siente parte de un grupo social.

“La propia sociedad, con sus reglas de convivencia, de cómo debes vestir en el trabajo, de etiquetas, es la que hace que todo esto sea un refugio para mucha gente que se siente asfixiada por encajar en una sociedad que te dice ´así te debes de comportar´”, puntualiza Grajales.

¿Tú celebras el día del orgullo friki o conoces a alguien que lo haga?

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